Todos los amantes del fútbol se encuentran muy ocupados, el espectáculo que nos está brindando la Eurocopa y la Copa América es difícil de definir. Algo que todos observaron fue la nueva desilusión de Brasil, una selección que nos tenía acostumbrados a golear a equipos de medio pelo y vencer a otros titanes del fútbol. Aquella verdeamarela que formaba leyendas y mitos increíbles, donde los reyes ganan copas mundiales, los fenómenos conquistan al mundo y los magos hacen que las personas se enamoren del fútbol.
El fútbol le cobró a Brasil su pésimo estilo de juego, su mediocre plantel y el gol mal anulado a Ecuador en el primer partido. Con este se consumará su tercer fracaso en dos años (eliminados 7-1 por Alemania en el Mundial y eliminados por Paraguay en Copa América 2015). A pesar del gol»polémico» de Perú, fue un justo resultado para un equipo que no demostró nada dentro del certamen.
El proceso de Dunga ha sido totalmente desastroso, no ha sabido llevar un buen rumbo y sigue convocando a «cartuchitos» que no tienen nada que ofrecer. Ha tratado de organizar un grupo disciplinado, no lo ha logrado; inclusive ha tenido sus roces con Neymar.
Es entendible un fracaso cuando no tienes elementos de calidad disponibles, pero sus malas decisiones técnicas le costaron la cabeza a de Dunga, que ya no continuará como entrenador de la verdeamarela, después de dar una cátedra de cómo no se deben de hacer las cosas.
Creo antes que nada que esta selección está para ofrecer grandes torneos, solo necesita acabar su periodo de transición y llamar a los mejores para el grupo. Jugadores como Gabriel «gabigol» Barbosa, Alisson Becker, Casemiro y Coutinho deben de ser considerados para próximas convocatorias con los cariocas, pues cuentan con mucho futuro, sacrificio y amor a la camiseta.
El gigante va a despertar, de eso no queda ninguna duda; solo necesita sentar sus base de «cracks», jóvenes y líderes. Brasil necesita un técnico ofensivo, alguien que nos recuerde el «jogo bonito» y que pueda llevar a los brasileños a la gloria. Esperemos y este verano se reivindiquen en los Juegos Olímpicos, que ha pesar de ser una selección menor, ahí se encuentra gran parte del futuro de los paulistas.